martes, 3 de julio de 2018

BIOGRAFÍA SIMÓN BOLÍVAR

BIOGRAFÍA SIMON BOLÍVAR

García, Rudys

 

SIMÓN BOLÍVAR


Si se forzase a los historiadores a designar el más decisivo protagonista de los convulsos procesos que, en las primeras décadas del siglo XIX, condujeron a la emancipación de la América Latina, no hay duda de que resultaría
elegido el militar y estadista venezolano Simón Bolívar,  justamente honrado con el título de “Libertador de América”, por fundar las Repúblicas de la Gran Colombia y Bolivia, además de ser una de las figuras más destacadas en la emancipación hispanoamericana frente al Imperio español, contribuyó a inspirar y concretar de manera decisiva la independencia de las actuales Bolivia, Colombia, Ecuador, Panamá, Venezuela y la reorganización de Perú.

Biografía

Su nombre de pila era Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar y Palacios nació en Caracas el 24 de julio de 1783. Venezuela era entonces una Capitanía General del Reino de España entre cuya población se respiraba el descontento por las diferencias de derechos existentes entre la oligarquía española dueña del poder, la clase mantuana o criolla, terratenientes en su mayoría, y los estratos bajos de mulatos y esclavos.
Sus padres Juan Vicente Bolívar y Ponte y María de la Concepción Palacios y Blanco pertenecían a la clase social denominada como los “criollos”, quienes eran descendientes de Españoles o Españoles mismos de la América Hispana, que constituían la alta sociedad ante los mestizos y mulatos; aunque con "un octavo de sangre india o negra". No eran ni reyes pero tampoco esclavos mantenían un status social alto.
El niño Simón era el menor de cuatro hermanos y muy pronto se convertiría, junto a ellos, en heredero de una gran fortuna. Bolívar quedó huérfano a los nueve años de edad, pasando al cuidado de su abuelo materno y posteriormente de su tío Carlos Palacios; ellos velarían por su educación, aunque también la negra Hipólita, su esclava y nodriza, continuaría cuidando del muchacho.
La infancia  y parte de su adolescencia discurrió entre los valles de Aragua y la ciudad de Caracas, combinando sus estudios en la escuela de primeras letras de la ciudad con visitas a la hacienda de la familia, a los quince años de edad, por la mediación que realizó su tío Esteban (Ministro del Tribunal de la Contaduría Mayor del Reino ante el rey Carlos IV), fue nombrado subteniente de Milicias de Infantería de Blancos de los Valles de Aragua.
Mientras esto sucedía, tuvo la suerte de formarse con los mejores maestros y pensadores de la ciudad; figuraban entre ellos Andrés Bello, Guillermo Pelgrón y Simón Rodríguez. Fue este último, sin embargo, quien logró calmar por instantes el ímpetu nervioso y rebelde del niño, alojándolo como interno en su casa por orden de la Real Audiencia, lo cual sería la génesis de una gran amistad. Pero ni el apego al mentor ni el ingreso en la milicia fueron suficientes para aquietar al muchacho, y sus tíos decidieron enviarlo a España a continuar su formación.
Bolívar fue enviado a España a los 16 años para continuar sus estudios. En Madrid en 1800 conoció a la joven María Teresa Rodríguez del Toro y Alayza, en agosto de 1800 María Teresa aceptó el noviazgo con Simón Bolívar, y contrajeron matrimonio el 26 de mayo de 1802. Bolívar tenía 19 años y María Teresa 21, al cabo de unos 20 días se trasladaron a La Coruña.
El 15 de junio de 1802,  partieron los recién casados hacia Caracas, desembarcando el 12 de julio en La Guaira. Después de una corta estadía en Caracas, en la Casa del Vínculo y del Retorno, ubicada en una esquina que daba a la Plaza Mayor de Caracas, hoy Plaza Bolívar, se trasladaron a la "Casa Grande" del ingenio Bolívar en San Mateo. María Teresa enfermó poco después de “fiebres malignas” hoy día identificadas indistintamente como fiebre amarilla o paludismo, por lo que el matrimonio regresó a Caracas a su Casa del Vínculo, allí fue donde ella murió el 22 de enero de 1803.
El joven Bolívar se dedicó a viajar, transido de dolor, para mitigar la pena que le causó el fallecimiento de su esposa. Fue en este estado de ánimo cuando juró no volver a casarse jamás.

Vida Política y Militar

Mientras el caraqueño Francisco de Miranda, desde Estados Unidos y las Antillas, reunía pacientemente apoyos para una expedición militar que diese la independencia al país, los acontecimientos en Venezuela comenzaban a tomar aires de revuelta. Ajeno a todo aquello, Bolívar se reunió con su suegro en Madrid, para trasladarse a París en 1804. A la sombra de Napoleón Bonaparte (quien no tardaría en proclamarse emperador de Francia) se había formado una clase aristócrata, hallada entre la burguesía, que se reunía en los grandes salones a los cuales asistía Bolívar en compañía de Fernando Toro y Fanny du Villars.
Allí el joven Bolívar, especie de dandy americano, se contagiaría poco a poco de las ideas liberales y la literatura que habían inspirado la Revolución Francesa. Era un gran lector y un interlocutor bastante interesado en la política de la actualidad. En esos tiempos conoció al eminente naturalista alemán Alexander Von Humboldt, expedicionario y gran conocedor del territorio americano, quien le habló de la madurez de las colonias para la independencia.
Su antiguo preceptor, Simón Rodríguez, se hallaba por entonces en Viena; Bolívar, al enterarse, corrió en su búsqueda. Posteriormente el maestro se trasladó a París, y en compañía de Fernando Toro emprendieron un viaje cuyo destino final era Roma. Cruzaron los Alpes caminando hasta Milán, donde se detuvieron el 26 de mayo de 1805 para presenciar la coronación como rey de Italia de Napoleón, a quien Bolívar admiraría siempre. Después visitaron Venecia, Ferrara, Bolonia, Florencia, Perusa y Roma. En esta última ciudad tuvo lugar el llamado Juramento del Monte Sacro: en presencia de Simón Rodríguez y Fernando Toro, Simón Bolívar juró solemnemente dedicar su vida y todas sus energías a la liberación de las colonias americanas.
A mediados del año 1807, cuando Bolívar volvió a Caracas se encontró con una ciudad inmersa en un ambiente de gran agitación social y política que era gobernada por personajes interinos bajo la supervisión de un regio Regente visitador visto con malos ojos por la colectividad caraqueña, llamado Joaquín de Mosquera y Figueroa.
Este era un ambiente poco propicio para enfrentar situaciones de crisis y fue una circunstancia que ayudó a precipitar los acontecimientos a favor de la Independencia. Bolívar había vuelto a Caracas absolutamente convencido de la imperiosa necesidad de independencia para América y trató de convencer a sus parientes y amigos de que esta era la mejor opción pero, salvo la excepción de su hermano Juan Vicente, no pudo hacerlo fácilmente debido a que las noticias de Europa llegaban muy tarde y con pocos detalles, por lo que el público se enteraba de las acontecimientos solo de una forma general e inexacta y esto limitaba su capacidad para evaluar la situación. Así en 1808 Bolívar se había ya incorporado a las actividades conspirativas.
El 11 de enero de 1809 llegaron a Caracas unos despachos oficiales que anunciaban la creación de la Junta Central de España e Indias que terminó instalándose en Sevilla en abril de 1809 y poco después, el 14 de enero de 1809 llegó a Venezuela el Mariscal de campo Vicente Emparan en calidad de Capitán General de Venezuela y Gobernador de Caracas. Su llegada dio una nueva perspectiva a la situación política ya que empezaron a circular rumores que lo relacionaban como partidario de los franceses, por lo que fue acusado de querer confundir a la población.
En el panorama de incertidumbre reinante, el 19 de abril de 1810, los miembros del Cabildo de Caracas decidieron constituir una Junta Conservadora de los Derechos de Fernando VII en un acto que termina con la firma del Acta de Independencia y constitución de la Primera República el 5 de julio de 1811. Con la revuelta del 19 de abril de 1810 se obligó al entonces Capitán General de Venezuela, Vicente Emparan, a ceder sus poderes a esta Junta y trajo como resultado la expulsión de los funcionarios españoles de sus puestos para embarcarlos rumbo a España.
Poco después, tras enterarse de los hechos, la Regencia dispuso el bloqueo de las costas de Venezuela pero ya era tarde, desde entonces el proceso independentista sería imparable, y el ejemplo de Caracas fue seguido por el resto de las juntas americanas.
Bolívar fue enviado a Inglaterra con el grado de Coronel junto con Andrés Bello y Luis López Méndez en una misión diplomática con instrucciones de solicitar apoyo británico a la Junta en nombre del rey Fernando VII de España aprovechando la circunstancia de que España y Gran Bretaña eran ahora naciones aliadas que habían dejado de lado sus históricas diferencias ante el peligro común que representaba Napoleón.
La misión diplomática llegó a Londres en un momento político delicado ya que entonces Gran Bretaña estaba dando una costosa ayuda militar a España y la negativa venezolana de aceptar la autoridad del Consejo de Regencia español resultaba inconveniente en esos momentos, sin embargo, Lord Wellesley consideró conveniente recibir a la delegación en su casa particular, Apsley House, por temor a que sus miembros recurrieran a Napoleón en busca de apoyo y así aprovechar la ocasión para averiguar las pretensiones venezolanas.
A pesar de que no se cumplieron todos los objetivos de la delegación, se lograron algunos compromisos importantes gracias a la presencia de Francisco de Miranda en Londres, con quien Bolívar empezó a mantener contactos que fomentaron una participación discreta de este mediante sus contactos personales en las negociaciones. Así Bolívar logró la secreta complicidad inglesa, la apertura del comercio, y la posibilidad de que Inglaterra ejerciera presiones sobre España para favorecer los intereses venezolanos.
El 5 de diciembre de 1810 Simón Bolívar regresa a Venezuela, empezó a hacer gestiones para promover el regreso de Miranda, quien  no tardó en seguirlo; su figura era algo mítica entre los criollos, tanto por el largo tiempo que había pasado en el exterior como por su participación en la independencia de Norteamérica y en la Revolución Francesa. Casi nadie lo conocía, pero Bolívar, convencido de la utilidad de Miranda para la empresa que se iniciaba, lo introdujo en la Sociedad Patriótica de Agricultura y Economía, creada en agosto de 1810, y de la cual Bolívar fue un miembro importante por estar muy implicado en las movilizaciones posteriores ocurridas el 5 de julio de 1811 para ratificar la Declaración de Independencia, y porque defendió posturas opuestas a la Constitución del 21 de diciembre de 1811 al considerar que era una copia literal de la que regía en los Estados Unidos que no se adaptaba a la realidad del momento en Venezuela.
En 1813 le fue concedido el título honorífico de Libertador por el Cabildo de Mérida en Venezuela, que, tras serle ratificado en Caracas ese mismo año, quedó asociado a su nombre. Los problemas para llevar adelante sus planes fueron tan frecuentes que llegó a afirmar de sí mismo que era «el hombre de las dificultades» en una carta dirigida al general Francisco de Paula Santander en 1825.

La Independencia de Venezuela

Partidarios a ultranza de proclamar una independencia absoluta para Venezuela, Bolívar y Miranda instaron a los miembros de la Sociedad Patriótica a pronunciarse en ese sentido ante el Congreso Constituyente de Venezuela, reunido el 2 de marzo de 1811. Fue a propósito de ello que Bolívar dictó su primer discurso memorable: "Pongamos sin temor la piedra fundamental de la libertad Suramericana. Vacilar es perdernos". El 5 de julio de 1811, el Congreso Constituyente declaró la independencia y se aprobó la Constitución Federal para los estados de Venezuela.
La primera República se perdió como consecuencia de las diferencias de criterios entre los criollos, de los resentimientos entre castas y clases sociales, y de las incursiones de Domingo Monteverde (capitán de fragata del ejército realista) en Coro, Siquisique, Carora, Trujillo, Barquisimeto, Valencia y, finalmente, Caracas. Estaba claro que una guerra civil iba a desatarse de inmediato, pues la empresa en cuestión era todo menos monolítica. Bolívar tomaría conciencia del carácter clasista de la guerra y reflexionaría sobre ello a lo largo de todas sus proclamas políticas.

La Gran Colombia

La reconquista de Venezuela tardaría seis años en conseguirse. Las expediciones se iniciaron en la isla Margarita y continuaron su escalada por el oriente en dirección hacia Guayana. La batalla de San Félix (1817) dio a los independentistas la región de Guayana y la navegación por el Orinoco. En 1819, Bolívar emprendió la Campaña de los Andes, y, tras derrotar a los realistas en la batalla de Boyacá (7 de agosto de 1819), obtuvo el control de las Provincias Unidas de Nueva Granada (la actual Colombia), que habían caído en manos de los españoles en 1816. Finalmente, la victoria en la batalla de Carabobo (24 de junio de 1821) selló definitivamente la independencia de Venezuela y Colombia.
Fueron los tiempos del temible general realista Pablo Morillo, al que el absolutista monarca español Fernando VII, repuesto en el trono una vez finalizada la Guerra de la Independencia Española, había encomendado la misión de aplastar toda insurgencia. Vencerlo fue tarea difícil, y Bolívar tuvo que emplear nuevas estrategias de adhesión: proclamó la libertad de los esclavos y ofreció tierras a cambio de lealtad militar. Obtuvo así la colaboración de los ejércitos llaneros al mando de José Antonio Páez, vitales para el desarrollo de la contienda, como también lo fue la ayuda de un importante contingente de soldados y generales europeos, británicos fundamentalmente, quienes anhelaban unirse al Libertador.
Simultáneamente, Bolívar se encargó de la reconstrucción política de la región. En febrero de 1819 convocó el Congreso de Angostura, ante el que pronunció un célebre discurso en el cual instaba a los representantes a promulgar una constitución centralista que había de ser el fundamento jurídico de la soñada República de la Gran Colombia. Presidida por el mismo Bolívar, la «Gran Colombia» quedó constituida ese mismo año, y agrupaba por el momento los territorios de las actuales Venezuela y Colombia.
El sur se encontraba en la mira de la Gran Colombia, es decir, de Bolívar. La liberación y adhesión de las provincias de Quito y Guayaquil (el actual Ecuador) resultaba fundamental para consolidar y mantener la hegemonía en el continente de la recién creada República. Ello fue logrado, desde el punto de vista militar, en la batalla de Pichincha (1822), y desde el punto de vista político, por las negociaciones adelantadas por Antonio José de Sucre y Simón Bolívar, gracias a las cuales la región aceptó integrarse en la Gran Colombia una vez liberada.
El proceso de emancipación de Latinoamérica terminaría en Perú dos años después. El valor estratégico que tenía la conquista y liberación de este territorio por parte del ejército libertador era vital: en tanto que verdadero centro neurálgico del poderío español, la caída del Virreinato del Perú significaría la salida definitiva de los españoles del territorio americano. Tal victoria supondría, además, el triunfo de la ideología bolivariana republicana sobre la propuesta de construir monarquías en los territorios del sur, defendida por la oligarquía peruana y secundada, aparentemente, por otro gran caudillo de la independencia americana: José de San Martín.
En una inolvidable gesta que incluyó la travesía de los Andes desde Argentina, San Martín había liberado Chile en 1817; desde allí, al frente de un nutrido ejército que trasladó por mar, desembarcó en Perú, ocupó Lima en 1821 y proclamó la independencia. Pero apenas un año después, las disensiones internas y el hostigamiento de los realistas, que controlaban de hecho la mayor parte del territorio, habían debilitado sensiblemente su posición.
Ambos libertadores se reunieron en Guayaquil en julio de 1822 con el fin de tratar éste y otros asuntos relativos a la guerra. Nunca se supo de qué hablaron Simón Bolívar y José de San Martín, pero el curso de los acontecimientos brinda la evidencia de un profundo desacuerdo; poco después, San Martín renunció a su cargo de Protector del Perú y regresó a Chile.
La definitiva liberación del Perú quedó así en manos de Bolívar. Apenas dos años después, tras hacerse cargo en persona de los preparativos, las batallas de Junín y de Ayacucho (agosto y diciembre de 1824) acabaron con la resistencia realista: la caída del Virreinato del Perú ponía fin a tres siglos de dominación española. En el Alto Perú, liberado en los primeros meses de 1825, se constituyó la actual República de Bolivia, presidida por su lugarteniente Antonio José de Sucre. Culminadas así todas las operaciones militares, Bolívar regresó a rendir cuentas al Congreso colombiano.
Bajo su impulso medio continente había alcanzado la independencia, pero, pese a haber reflexionado largamente sobre la forma de gobierno que convenía a los territorios americanos, ni la fortuna ni la clarividencia le acompañarían en su acción política. Bolívar abogó en todo momento por la edificación de un Estado centralista que lograra cohesionar aquello que, en virtud de una heterogeneidad racial, cultural y geográfica de la que era muy consciente, no resistía la perfección de una federación; pronto se puso de manifiesto, sin embargo, que el proyecto de mantener unidas en confederación a las nuevas naciones era una quimera.

Intento de Asesinato y Declive

El 25 de septiembre de 1828, en Bogotá, se llevó a cabo un atentado contra su vida, conocido como la Conspiración Septembrina, de la cual resultó ileso gracias a la ayuda de su compañera sentimental, Manuela Sáenz, quiteña que recibió en 1821 la orden de Caballeresa del Sol del general José de San Martín y que a raíz del suceso con Bolívar fue llamada por él «La Libertadora del Libertador».

Bajo la ventana de la residencia de Bolívar, frente al actual Teatro Colón, por donde realizó su escape, fue puesta una placa con la inscripción del cuadro lateral. Pasó la noche escondido en un caño en lo que es conocido hoy en día como el eje ambiental de Bogotá.
Bolívar inicialmente intentó perdonar a los que fueron considerados como conspiradores, miembros de la facción «santanderista». Eventualmente se decidió someterlos a la justicia marcial, después de la cual debieron ser fusilados los acusados de ser los directos implicados, algunos sin que quedara plenamente establecida su responsabilidad. El mismo Francisco de Paula Santander, quien había sabido con antelación de la conspiración y no se había opuesto directamente a ella por sus diferencias con Bolívar, partió al exilio.
Después de los hechos, Bolívar siguió gobernando en un ambiente enrarecido, acorralado por disputas fraccionales. Las revueltas continuaron. En esta situación, la Gran Colombia le declaró la guerra al Perú y el presidente de este país, José de La Mar, invadió Guayaquil más fue vencido por Antonio José de Sucre en la batalla del Portete de Tarqui el 27 de febrero de 1829. Venezuela se proclamó independiente el 13 de enero de 1830 y José Antonio Páez ocupó la presidencia de ese país desterrando a Bolívar.
Bolívar dimitió de la presidencia el 20 de enero de 1830 en el Congreso Admirable pero esta no fue aceptada hasta el 4 de mayo de 1830 concediéndosele una pensión de 3000 pesos anuales. El 8 de mayo de 1830, Bolívar partió de Bogotá acompañado de un grupo de amigos y políticos con solo 17 000 pesos, producto de la venta de su vajilla de plata, sus alhajas y sus caballos.
El vicepresidente de Colombia Domingo Caicedo le envió a Bolívar su pasaporte, pues este tenía la intención de volver a Europa. En junio llegó a Cartagena, donde los lugareños le animaron a seguir luchando, mientras que en Bogotá continuaba la campaña en su contra.
El 1 de julio el general Mariano Montilla informó al Libertador del asesinato del Gran Mariscal de Ayacucho, noticia que afectó profundamente a Bolívar. A fines del mes vio publicada en la prensa la resolución del Congreso venezolano de romper relaciones con Colombia mientras el Libertador permaneciera en suelo colombiano, pero sus seguidores lo convencieron de no partir de Colombia.

Muerte

La historia oficial relata que luego de su renuncia y de recibir la noticia del asesinato de Sucre, solo y desengañado, Bolívar había decidido dirigirse
a Europa, pero su salud empeoró rápidamente, razón por la cual aceptó la invitación del español Joaquín de Mier y Benítez, Bolívar murió de tuberculosis el 17 de diciembre de 1830, en la ciudad de Santa Marta - Colombia, en la casa del mencionado español que es conocida como la Quinta San Pedro Alejandrino.
Durante los meses que precedieron a su muerte, el Libertador había de evocar constantemente su amarga derrota política. Recordaba a su último amor, Manuela Sáenz, que al salvarle la vida en el atentado del 25 de septiembre de 1828 se había ganado el título de «Libertadora del Libertador»; también evocaba otros amores y otros atentados, lloraba la muerte de Sucre, el fiel lugarteniente asesinado el 4 de junio de 1830 en Berruecos; recordaba y deliraba, y así murió, quien fuera uno de los más grandes hombres que haya nacido de esta tierra solo, sin dinero y con los ideales de toda su vida rotos a causa de la ambición de poder de quienes en algún momento lo acompañaron a cumplir su más grande sueño “ La Gran Colombia” y la independencia de América.


Cronología

 


1783
Nace el 24 de julio en Caracas, en el seno de una familia acomodada.
1792
Queda huérfano y pasa al cuidado de su abuelo materno y posteriormente de su tío Carlos Palacios.
1799
Viaja a España para completar sus estudios.
1802
Se casa en Madrid con María Teresa Rodríguez del Toro.
1803
Regreso a Caracas. María Teresa muere de fiebre amarilla. Bolívar emprende un nuevo viaje por Europa.
1805
Asiste a la coronación como rey de Italia de Napoleón. Decidido a liberar las colonias hispanoamericanas del yugo español, pronuncia en Roma el Juramento de Monte Sacro, en presencia de Simón Rodríguez y Fernando Toro.
1807
Regresa a Caracas.
1811
Se incorpora como coronel al ejército bajo las órdenes de Francisco de Miranda.
1812
Tras la rendición de Miranda, se traslada a Curazao.
1813
Reconquista Venezuela en la llamada Campaña Admirable. Es nombrado capitán general de los ejércitos de Venezuela y recibe el título de Libertador.
1814
Derrotado de nuevo, se retira a Jamaica. Escribe la Carta de Jamaica.
1821
Tras diversas expediciones y batallas, obtiene el triunfo definitivo en la batalla de Carabobo, que asegura la independencia de Venezuela. Dos años antes había proclamado en Angostura la República de la «Gran Colombia», que había de comprender los territorios de Colombia, Venezuela, Ecuador y Panamá.
1822
Junto con Antonio José de Sucre, en acción coordinada, consigue la liberación del Ecuador.
1824
Victoria sobre el Ejército Real del Perú en Junín. Sucre, por su parte, vence a los realistas en la decisiva batalla de Ayacucho.
1825
Las provincias del Alto Perú se constituyen en República Bolívar, embrión de la República de Bolivia.
1826
Regresa a Caracas para sofocar La Cosiata, el movimiento separatista venezolano liderado por José Antonio Páez.
1827
En el Congreso de Panamá se evidencian las ansias separatistas entre las jóvenes repúblicas libertadas.
1830
En medio de un avanzado proceso de disolución de la Gran Colombia, fallece el 17 de diciembre.



REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes. (1968). Simón Bolívar. Documento en Línea. Disponible:  http://www.cervantesvirtual.com/portales/simon_bolivar/autor_biografia/  . [Consulta: 2018, junio 20].

Biografías y Vidas. (2004). Simón Bolívar. Enciclopedia Biográfica en Línea. Disponible: https://www.biografiasyvidas.com/monografia/bolivar/ . [Consulta: 2018, junio 20].

Hispanidad. (S/F). Los Criollos. Documento en Línea. Disponible:  http://www.hispanidad.info/criollos.htm . [Consulta: 2018, junio 20].

Wikipedia. (2018). Simón Bolívar. Enciclopedia en línea. Disponible: https://es.wikipedia.org/wiki/Sim%C3%B3n_Bol%C3%ADvar . [Consulta: 2018, junio 20].


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